Timo

Bajo un techo de estrellas y al borde del camino helado, Timo despierta y sus ojos reflejan llanto, suplican tanto.
Conoce el sentimiento que en este instante busca apoderarse de su corazón y sus pensamientos traen el recuerdo de alguien que hace mucho llenó su vida con magia.
El tiempo es un asesino cruel, piensa Timo y mirando el paisaje se incorpora débil y confuso, duste pero trilce.
Sus pasos le hablan de cansancio y mientras sus huellas dibujan un rostro, Timo es vencido por sus fantasmas.
La lluvia lo traiciona y caen dos, tres gotas. El viento le susurra que se calme, pero Timo ha recordado un cariño que la edad y el tiempo se llevaron hace mucho y no desea dejarlo ir.

- ¿La extrañas?, le pregunta el silencio.
- Jamás, contesta Timo.
- Y, ¿por qué lloras?
- Por eso...